Infinitas formas de crecer
[Reseña de Daniel Moyano] A Croce, el tiempo le ha ¡do dejando fragmentos de cosas vividas en un colegio de curas, en un hospital, en un galpón a la hora de la siesta, en la habitación donde se desnuda una muchacha, entrevista por el ojo de la cerradura. Con fragmentos como estos intenta reconstruir o recuperar el tiempo, para poder comprender, explícar o simplemente para añadir su propia voz a la realidad que se le ha ido de las manos, y tratar de entender asi, la absurdidad del mundo. La fuerza narrativa de Juan Croce, se da cuando al reconstruir lo vivido lo envuelve todo con una especie de baba generadora de atmósferas o climas, hecha de detalles minuciosos y significativos a través de los cuales, vuelve lo pasado a estar en el presente, y donde lo más importante suele ser no lo que sucede sino lo que puede o está a punto de suceder.