Las personas dibujantes tienen dos extraordinarias capacidades. Una, la de observar la realidad, la capacidad de destilar y sintetizar aquello que realmente constituye [a esencia de esa realidad, la verdad y lo que se esconde de esa realidad y la segunda, el saber expresar con imágenes, con dibujos, con viñetas, con tiras cómicas, esa esencia. Observar y dibujar, de forma ágil, fresca, periódica, con personalidad y estilo propio, con carácter, creando un mundo con señas únicas de identidad, dando vida a sus personajes para, en el fondo, plasmar ese mensaje global y sintético que se ha destilado y que, en el caso del compañero "Manolito Rastamán", pretende transcender hacia el otro, procurando influenciarle para, luego, juntos seguir buscando y luchando por la transformación social.